Foro de Avignon: la cultura y la ciudad como marca

Los días 6 y 7 de marzo hemos participado en el Foro de Avignon que se ha celebrado en la Alhóndiga de Bilbao, en las jornadas tituladas “La ciudad como ecosistema cultural”. Desde la misma presentación de los responsables políticos, quedó definido el marco general de pensamiento de este Foro de Avignon: La importancia de la cultura en la marca de una ciudad o en la capacidad de atraer turismo, y el notable beneficio ecónomico que ello puede reportar a la ciudad. Además del binomio Bilbao Guggenheim, tuvimos oportunidad de conocer otros ejemplos: Nantes y Doha.

Foro de Avignon Alhóndiga Bilbao

Puesto que es un tema relacionado con muchos de los trabajos que hemos realizado durante los últimos años, incluso los que tenemos actualmente entre manos, nos interesaron especialmente las siguientes cinco reflexiones:

Katrín Jakobsdóttir el ex-ministro de Educación, Ciencia y Cultura de Islandia nos explicó el papel que jugó la cultura después de la crisis financiera de 2008, ya que la ciudadanía reclamaba “una forma de vida cultural no tan materialista y más participativa”. A pesar de la puesta en marcha por parte del gobierno de un programa de austeridad, dicho programa no influyó en la política cultural, y los artistas protagonizaron un rol importante a la hora de poner de relieve los valores culturales. A partir de aquel momento la cultura ha cambiado toda Islandia, convirtiéndose en su columna vertebral más que en una fuente de ingresos.

Gail Lord, copresidenta de Lord Cultural Resources de Canadá, dio comienzo a su dircurso diciendo que en Occidente estámos en un momento de transición que durará mucho tiempo, subrayando que el “reto es una visión más pragmática y más centrada en las personas”. Según su opinión, los grandes acontecimientos y sus dinámicas suceden en grandes espacios, pero a pesar de ello, defendió la necesidad de abordar los procesos de manera ascendente en países que cuentan con infraestructuras suficientes, y citó como ejemplo el Plan Cultural de Chicago: se consultó a 14.000 personas, barrio por barrio, y sus demandas fueron las siguientes: influir en los centros educativos, apoyar las iniciativas de los agentes sociales y que responsables de todos los ámbitos (salud, urbanismo, etc.) colaboren con los artistas.

Jochen Sandig, director artístico de Radialsystem de Berlín, explicó que el cambio vivido en la capital alemana desde el derribo del muro ha sido gracias a las personas; según explicó, más de 40.000 personas llegadas de todo el mundo pusieron en marcha en sus barrios pequeños proyectos de todo tipo. Subrayó la importancia de los espacios comunitarios compartidos, para que las personas creativas y los habitantes de los barrios puedan relacionarse. Y recalcó la importancia de no perder la capacidad de permitir un lugar a los imprevistos, olvidándose de estrategias demasiado rígidas.

Guadalupe Echevarría, directora cultural de Donostia 2016, habló de las condiciones que deben cumplir las ciudades para que los artistas opten por ubicarse en ellas, y tomando como ejemplo los casos de Berlín o Bruselas, enumeró las siguientes: alquileres baratos, ecosistema formado por otros creadores y centros, entorno social diverso, y un ámbito de relaciones local y global. Sabiendo que los artistas demandan esas condiciones, “¿Son las ciudades de Euskal Herria adecuadas para los artistas?” preguntó.

Finalmente, Evelyn Lehalle, directora de Nouveau Tourisme Culturel, nos explicó cuáles son las características actuales del turismo cultural, y subrayó la necesidad de trabajar los siguientes ámbitos: relación entre los visitantes y los habitantes locales; una oferta y una gestión más horizontales; e-visitantes virtuales que no se van a acercar fisicamente; y la complementariedad entre las grandes ciudades y las regiones. Para terminar, recalcó que “la Europa creativa la forman las grandes y las pequeñas ciudades, y que las regiones pueden tener su propia marca”.

Pero no fueron ésas las únicas reflexiones que pudimos compartir. El artista vasco Txomin Badiola por ejemplo, quiso aclarar que la ciudad no es un ecosistema amable: “los artistas deberíamos ser animales salvajes, pero somos un zoológico”. Beatriz Garcia directora de investigación de la Universidad de Liverpool, planteó cómo se puede influir realmente en las ciudades y cómo conseguir que esa influencia perdure, y defendió que los “artistas deben formular preguntas”, “con una inplicación adecuada con quienes pueden tomar la decisiones sobre el cambio”. Y María Dur Dean, directora de la productora Consonni de Bilbao, habló de las precarias condiones laborales de los creadores locales y los promotores: “mucho de lo que las autoridades de la ciudad buscan en otro lado está ahí, en la misma ciudad, y tenemos que hacerselo saber”.

 

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