Restyling de Mendraka txakolina

Han pasado dos años desde que un incendio dejó medio destruido el caserío de Mendraka Txakolindegia; han sido dos años de constante trabajo, gracias al cual han conseguido no solo reconstruir el caserío sino también mejorar la calidad del vino. Y han querido reflejar esas mejoras en la propia imagen.

Acudieron a di-da con esa petición: adecuar el logotipo y renovar la etiqueta para reflejarlo en la botella.

Nos comentaron que el vino es de mejor calidad ahora, en una transición desde las características propias del chacolí hacia un vino blanco, manteniendo  el alto nivel del Bizkaiko Txakolina.

Hemos limpiado la tipografía de la marca, la hemos adecuado y hemos simplificado el símbolo, haciendo hincapié en el elemento fundamental: la viña. Hemos optado por cambiar los colores vivos por colores que reflejan sensaciones, y aunque en la anterior etiqueta se utilizaba el color oro, nos hemos fijado  en las barricas de acero que se utilizan con el chacolí, y hemos propuesto un color intermedio: el titanio (color utilizado por un emblemático y conocido edificio de Bizkaia). Por lo tanto, empezamos con un retoque de la etiqueta y terminamos renovando la imagen corporativa, que en breve será trasladada a la web y al resto de los soportes.

Pero con este trabajo, además, hemos tenido la oportunidad de ampliar nuestros conocimientos y disfrutar haciéndolo, ya que el trabajo ha contado con una característica especial. Siendo el vino un fuente de sensaciones, se convierte en un juego para desarrollar los sentidos, y en ese contexto hemos incluido a las personas invidentes. Que aunque no puedan ver, pueden sentir los aromas y los sabores del vino, y, por supuesto, tocar la botella. Así, contando con la aceptación de los miembros de Mendraka Txakolina, decidimos utilizar el sistema Braille, y nos pusimos a investigar.

El sistema Braille, el código de interpretación para personas invidentes, es una tipografía, y como tal, tiene sus propias normas: la distancia entre letras y líneas, el volumen o relieve, el tamaño, la posición… Eran cuestiones que había que tratar debidamente, por lo que acudimos a profesionales que trabajan con personas invidentes, y ellos nos dieron las pautas para regular todos esos aspectos.

La tipografía Braille existe, fue creada por Louis Braille en 1824 y es un código en sí mismo; cada caracter consta de un número de puntos definidos por una distribución concreta, y lo que varía de un idioma a otro, es la distribución de dichos puntos.